Se puede decir que el final de 2011 y este inicio de 2012 están siendo algo así como el año de Rooney Mara. El estreno de la primera entrega de la versión americana de la trilogía Millennium la ha lanzado desde un tercer plano al estrellato absoluto y la convierte en uno de los personajes del momento. Su formidable trabajo como Lisbeth Salander le ha valido la nominación a los Globos de Oro y la aclamación total de la crítica especializada. Y eso que despertó reticencias inicialmente, puesto que su trabajo en la película tendría que competir con el de la gran Noomi Rapace (otra que está en un gran momento tras estrenar Sherlock Holmes 2) en la versión sueca.
También su estilo, influenciado por el personaje de Salander, ha sufrido cambios; peinado corto con flequillo y maquillaje que flirtea con lo gótico son ahora sus señas de identidad. En cuanto a sus vestidos, el negro y los tonos oscuros tienen un peso dominante.